miércoles, 30 de junio de 2021

CULTURA Y PERSONALIDAD

 EN LA ANTROPOLOGÍA DEL SIGLO XX

Tomás Austin M.

Escrito 1995

En La Página del Profe 2002

Subido a este Blog 2021

 

Los antropólogos han usado la noción de personalidad para referirse a comportamientos característicos y a formas de pensar y de sentir, y han usado la noción de cultura para indicar estilos de vida, ideas y valores que influencian el comportamiento y la vida mental de la gente.

En el pasado, los antropólogos creían que una personalidad típica era lo que prevalecía entre la gente de una sociedad dada, debido a la cultura que compartían, también creían que las diferencias ente las culturas correspondían a diferencias de tipo de personalidades que se presumía eran típicas o prevalecientes en esas culturas.  Así, en antropología cultural, las personalidades típicas han sido conceptuadas alternativamente como "personalidad configuracional", "estructuras de caracteres", "personalidad básica o modal" y "el carácter nacional", siguiendo una línea o perspectiva clásica en Antropología Psicológica de claro desarrollo norteamericano.[1]

 

1. El Configuracionalismo[2]

RUTH BENEDICT (1987-1948) fue la pionera en los estudios sobre Cultura y Personalidad, con su libro EL HOMBRE Y LA CULTURA (Título original: Pattern of Culture) publicado por primera vez en 1934.  Esta antropóloga cultural norteamericana fue uno de los miembros más importantes del movimiento de Cultura y Personalidad que dominó la mayor parte del pensamiento antropológico norte-americano de las décadas del 30 y 40.  Ella era proffesor (Directora del Departamento) de Antropología de la Universidad de Columbia, al momento de su muerte en 1948.[3]

Su contribución más importante y controversial fue su argumento para el estudio de culturas completas, que ella llamó configuracionalista,  Cada cultura, creía ella, es moldeada en una forma o modelo único, es decir, se organiza alrededor de una ethos cultural central y, consecuentemente, es una configuración o totalidad integrada.  Aunque los miembros individuales en esas culturas pueden diferir en sus personalidades, el sistema cultural tiende a empujarlos hacia un tipo ideal de personalidad.  Aquellos cuya personalidad es más compatible con el ideal cultural debieran ser los más felices y los que mejor se ajustan a la sociedad.  Así, podríamos decir que el ethos de la cultura argentina es distinto al ethos nacional chileno, brasilero, etc.  Asimismo, tendríamos un ethos cultural mapuche, que configura una personalidad mapuche, etc.

 

1.2. El concepto de ethos

Debe agregarse que el concepto de ethos es usado para tratar problemas de integración en sistemas sociales y culturales totales.  Cuando un analista desea juntar los detalles de muchas observaciones que ha hecho sobre una comunidad o una nación, pueden plantearse interrogantes sobre la clase y calidad de la organización total, la congruencia de sus instituciones y la consistencia de los diferentes aspectos de  vida.  El concepto de ethos es usado aquí para crear un orden (conceptual) haciendo notar y sintetizando las cualidades afectivas distintivas que se expresan en diferentes contextos institucionales, en distintas clases de comportamiento social o en diferentes productos culturales.  El propósito de este concepto es describir los aspectos emocionales centrales o dominantes de la conciencia que dan colorido y calidad a los diferentes comportamientos observados en una comunidad, a diferencia de otros argumentos y conceptos del estudio de la integración cultural que enfatizan los conjuntos cognitivos, la estructura social, procesos semántico o históricos, etc.

Para Ruth Benedict, cada una de las culturas hacen una selección diferente de las potencialidades naturales de los seres humanos, dando preponderancia a ciertas potencialidades en generaciones sucesivas e ignorando y hasta rechazando otras.   Utilizando el contenido cultural de que disponen: técnicas, formas de organización social, temas religiosos, etc. los herederos de cada cultura configuran un determinado estilo de personalidad a expensas de otros estilos de vida.  La máxima aportación de esta antropóloga, el libro PATTERN OF CULTURES[4], señala las formas en que los seres humanos, criados en una sociedad en marcha, desarrollan selectivamente unas potencialidades a costa de otras que serían incompatibles con los valores de esa sociedad.

De manera que, volviendo a nuestro tema central, el configuracionalismo tenía como objetivo la identificación del ethos fundamental de cada cultura.  Como se explicó, para la internacionalización de un mismo ethos cultural, la gente tendrá que compartir ciertas estructuras psicológicas básicas, así ellos tendrán una personalidad configuracional o dominante en común.  Por ejemplo, los Zuni[5], del grupo de los indios Pueblo (del Sur Oeste norteamericano), quienes vivían en una cultura permeada por una visión extrovertida, crecían con una personalidad de tipo apoloniana, es decir, no competitiva, no individualista y no dada a los excesos, mientras que por el contrario, la gente nacida entre los indios Kwakiutl (Columbia Británica, Sur Oeste del Canada) crecía con una personalidad dionisíaca, que tiende hacia una gran expresividad e individualismo.  De manera que, de acuerdo con la perspectiva configuracional, la cultura podría ser descrita en términos de atributos o tipos de individualidades psicológicas, y por lo mismo, la cultura podría ser estudiada a través del análisis psicológico.[6]

Ruth Beneddict fue una de las primeras en proponer el concepto de relativismo cultural, pero la Segunda Guerra Mundial la levó a pensar algunas de las implicaciones de esta posición; esto se debió a que ella era reticente a aceptar que el sistema de valores nazis pudiera en principio ser juzgado por otro sistema de valores.  Su solución al dilema fue el concepto de sinergia: que cualquier sociedad que sea compatible con el avance humano es buena, pero una sociedad que trabaja en contra de las metas humanas básicas es antihumana y maligna y puede ser juzgada como tal.

 

2. MARGARET MEAD Y La "Estructura De Caracteres"

MARGARET MEAD (1901-1078) fue la primera alumna graduada de la Dra. Benedict, siguió una senda similar de pensamiento.  Consistentemente enfocó la cultura como un comportamiento aprendido y estudió especialmente las instituciones de la transmisión cultural a través de las generaciones.  Entre las contribuciones que ella hizo en esta materia esta su demostración de que la transmisión cultural -especial-mente en las sociedades complejas- fluye en dos direcciones: desde la generación paterna hacia los hijos y también lo contrario, de los hijos a los padres.

El mismo fenómeno en que Ruth Benedict había visto una configuración de cultura/personalidad, M. Mead lo ve en lo que ella llama una estructura de caracteres.  "La esencia del enfoque cultural es que todos los miembros de una determinada cultura participan del mismo carácter cultural" dice Mead.

En los inicios de su carrera estudió en Nueva Guinea, Samoa y Manau.  En su libro MAYORÍA DE EDAD EN SAMOA (1928) ella mostró que ciertas prácticas de crianza de los hijos producen estructu-ras de caracteres típicas entre los adultos.  Por ejemplo, la libertad sexual durante la crianza de las niñas samoesas explica por qué ellas no experimentaban crisis y frustraciones durante su adolescencia.

En el libro CRECIENDO EN NUEVA GUINEA, la Dra. Mead relata cómo los Manus, que enfatizan el trabajo duro y el éxito financiero, son preparados (o educados) para ser individualistas e in-dependientes en sus prácticas de crianza de los niños.[7]

 

3. ABRAM KARDINER Y La Posición De La "Personalidad Básica O Modal"

ABRAM KARDINER (1891-1981) fue un psiquiatra y psicoanalista que estudió bajo la dirección de Sigmund Freud.  Kardiner es conocido por su argumento psicoanalítico al estudio del carácter de los grupos, basado en el concepto de personalidad básica o "modal".

En su libro EL INDIVIDUO Y SU SOCIEDAD (1939) Kardiner escribió que la experiencia social en la familia (especialmente durante la crianza de los niños) y las técnicas de subsistencia (es decir, las instituciones primarias), dan lugar a estructuras de personalidad básica comunes para la mayoría de los miembros de la sociedad.  Así, tal como fue definido por Kardiner, el término personalidad básica se refiere a las habilidades psicológicas adaptativas compartidas por todos o la mayoría de los miembros de la sociedad.[8]

Puesto que la estructura básica de la personalidad es un producto inducido en los miembros de una sociedad por las formas específicas de las instituciones de cada sociedad, la forma, contenido, estilo y los medios para resolver los problemas de la vida, varían, en consecuencia, ampliamente de cultura en cultura; ellas también varían en el tiempo en cualquier cultura en la medida que cambian las instituciones primarias.   Kardiner, que era un neofreudiano que enfatizaba tanto a las influencias formativas de la niñez como la importancia de los determinantes culturales, sostenía que las instituciones primarias eran una influencia clave en la personalidad básica.  Esto, porque a través de la interacción, las características de las instituciones primarias son proyectadas en -o muy influyentes para moldear- las instituciones secundarias tales como la religión, mitología, sistemas de creencias, la ideología y la política.

Insistiendo un poco más sobre las instituciones primarias, éstas se refieren a aquellas estructuras sociales que son más influyentes en determinar la personalidad básica de una sociedad.   El énfasis es en instituciones que impactan directamente en las prácticas de socialización y de las experiencias de la niñez, por lo que decidir qué instituciones son primarias en una sociedad, es una cuestión empíricamente abierta (es decir, hay que investigarla).  En una sociedad, las pautas de subsistencia (como por ejemplo, lo que se describe en LA GENTE DE ALOR) pueden causar deprivación maternal o pueden animar a un comportamiento intensivo de cuidado del niño; en otra sociedad los patrones de subsistencia pueden tener poca influencia en la socialización, de manera que no serían consideradas instituciones primarias.

Las instituciones secundarias, también llamadas proyectivas, las instituciones secundarias incluyen mucho en lo que los antropólogos llaman sistemas de creencias, religión, mitología.

 

Estas son vistas como productos de fantasías colectivas, o proyecciones grupales de deseos, necesidades y conflictos subjetivamente compartidos.  Kardiner alega que, una vez formadas, la estructura básica de personalidad de una sociedad moldearía el contenido y significado de las fantasías proyectadas, tales como las creencias acerca de lo sobrenatural.  Así un tipo de personalidad básica fuertemente autoritaria debería ser correlacionada con las creencias proyectadas acerca de dioses muy altos y poderosos.[9]Fue Malinowski (1955) y Kardiner (1939, 1945) quienes vociferaron la  demanda de la antropología de que la cultura produce diferencias reales en la experiencia humana y sus personalidades resultantes.  Ellos establecieron la agenda, por lo menos con respecto a las proposiciones psicoanalíticas, para expandir  nuestro conocimiento de la formación de la personalidad humana y su variación, examinando su formación en una variedad de diferentes culturas, incluso aunque algunos marcos comunes de necesidades humanas  y de desarrollo podrían aplicarse comparativamente a través de culturas.  Theodore Schwartz, 1991, “Anthropology and Psychology: an unrequited relationship

 

3.1.  RALPH LINTON Y CORA DU BOIS

Ralph Linton en EL FONDO CULTURAL DE LA PERSONALIDAD (1945) apoyó esta misma argumentación, igual que Cora DuBois en  LA GENTE DE ALOR (1944).

Ralph Linton (1893-1953).  Antropólogo conocido internacionalmente, comenzó su carrera como arqueólogo y fue enviado por el Museo Bishop de Hawaii a las Islas marquesas en 1920 - 1922.  Estando allí se interesó en la gente de las islas Marquesas y se cambió a la Antropología Cultural.  De allí en adelante sus intereses antropológicos primarios se centraron en la personalidad, la estructura social, en los procesos culturales y la cultura material.

Cora DuBois (nac.1903) fue una antropóloga cultural interesada en la cultura y la personalidad.  En su libro LA GENTE DE ALOR usó el termino personalidad modal para referirse al patrón o pauta de atributos de personalidad estadísticamente más frecuente (es decir, basado en la MODA estadística).  Aquí la moda estadística fue seleccionada como la medida apropiada de tendencia central, lo que explica el nombre del concepto: "personalidad modal".  Así entonces, lo que se convierte en la personalidad modal, es el patrón o pauta de atributos de personalidad estadísticamente más frecuente encontrado en una muestra de material de prueba psicológica.  (en otras palabras, la personalidad básica se encuentra expresada en el tipo más frecuente de patrón individual de comportamiento observado en una sociedad).  Esta era esencialmente un instrumento metodológico concebido por Cora Dubois y A.F.C. Wallace para remediar una brecha en la teoría de la personalidad básica desarrollada por Kardiner.  Este defecto se refería a la falta de un medio matemático y objetivo para determinar la configuración típica de los rasgos de personalidad en una sociedad.[10]

 

4.  La noción de Carácter Nacional en C. GORER

La noción de que la cultura da origen a una personalidad común, fue extendida a la noción que señala que los grupos nacionales poseen un carácter nacional.      Los estudios del carácter nacional están entre los más primitivos argumentos para el estudio de otras culturas.  En efecto, algunos de los más antiguos escritos históricos envuelven esfuerzos de ejemplificar las características distintivas de otros grupos.  Así, en el Éxodo, las historias de Heródoto, y las "Germania" de Tacitus, los autores tratan de establecer los rasgos esenciales de la gente de Sodoma, de Scythia y de Germania.  Básicamente, estos son retratos estereotipados, que mezclan factores raciales, psicológicos, culturales y sociales, con resultados que son de dudosa confianza y validés cuestionable.

Aun así, la tradición de dar retratos nacionales continúa hasta hoy; durante los pasados 50 años antropólogos, psicólogos, sociólogos y cientistas políticos han tratado de insuflar disciplina científica en el estudio de la estructura de personalidad de quienes son miembros de estados naciones culturalmente complejos.[11]

Generalmente se usan las ideas básicas y los argumentos del campo de Cultura y Personalidad: estructura básica de personalidad, personalidad modal, carácter cultural, etc., excepto que los problemas de muestreo adecuados y de generalizaciones firmes son reconocidos como grandes.  Generalmente, en los estudios de cultura y personalidad se usan dos argumentaciones básicas: uno es a través de la prueba

psicológica y el estudio de muestras de individuos: la otra es a través del análisis de muestras de material cultural expresivo, tales como el arte y la religión, que son tenidas como proyectando los deseos, conflictos y necesidades de los grupos.

GEOFFREY GORER (nac.1905) se destacó entre los que hicieron estudios sobre el carácter nacional.  Fue un antropólogo británico muy conocido por su interés en el estudio del carácter nacional y en el desarrollar técnicas para el estudio de cultura a distancia.

Gorer sostuvo que en el Japón, las prácticas o enseñanza muy severas en cuanto al toilet daban lugar a un carácter compulsivo que encontraba su máxima expresión en la guerra: independientemente Wston LeBarre propuso una teoría similar.  La validés de esta teoría fue más tarde cuestionada porque se encontró que la enseñanza japonesa no era más dura que la enseñanza de toilet de los Estados Unidos de N.A.

Con más plausibilidad, Douglas Haring sugirió que la compulsividad del carácter japonés podría ser atribuida a la supervisión estrecha practicada por el estado policial por tres siglos.  En otro estudio, Gorer sugirió que la costumbre de fajar apretadamente a los niños durante nueve meses explicaría por qué los rusos tendían a la depresión maníaca y a sentimientos de culpa.  Sin embargo, otros estudiosos creen que la relación entre esos patrones de comportamiento y el fajar a los niños está lejos de haber sido probado.  Incluso la presunción o proposición general de Gorer y LaBarre de que la experiencia de los primeros cinco o seis años de vida tiene una influencia crucial en la personalidad (derivada de fuertes influencias del psicoanálisis freudiano sobre estos antropólogos) parece ser muy cuestionable porque las experiencias de vida posteriores pueden modificar los efectos psicológicos de la primera socialización.

 

Relación entre la personalidad básica y ecología, en las prácticas de educación infantil y las instituciones secundarias y proyectivas, según LeVine 1973:57



 

CONCLUSIÓN

Todas estas variadas formas de comprender la relación entre la cultura y la personalidad fueron criticadas por otros antropólogos, acusándosele de basarse en datos inadecuados y en conceptos cuestionables.  Los primeros antropólogos parecían asumir que la cultura es algo diferente a la experiencia psicológica de los individuos, mientras que en realidad la cultura es perpetuada y modificada por cogniciones humanas conscientes e inconscientes, afectos e ideales.  Hasta cierto punto, la cultura y la personalidad son meramente formas distintas de ver la misma realidad.  Nosotros no vemos a la cultura en un lado y a la personalidad en otros: sino que vemos gente que piensa, siente y actúa en cierta forma (estructura de la personalidad) bajo la influencia de valores y costumbres prevalentes en una sociedad dada (cultura).  Los antropólogos modernos admiten que la gente que aprende ciertas pautas de comportamiento sí adquiere ciertas formas de personalidad, pero no acepta la noción de que incluso también las estructuras profundas de la personalidad están estandarizadas y son condicionadas culturalmente.

Para comenzar, los procesos biológicos parecen tener una importante influencia en la formación de la personalidad, segundo, los individuos están expuestos a diferentes situaciones de vida y, consecuentemente, internalizan diferentes aspectos de la cultura.  Más aún, una variedad de estructuras cognitivas y motivacionales no son incompatibles con un conjunto de expectaciones e interacciones mutuas y organizadas, las que son indispensables para la vida social.

Tanto la psicología freudiana como la del aprendizaje han sido usadas en los estudios de la cultura y la personalidad; J. Whiting y I.Child han intentado utilizar una síntesis de los dos argumentos.  La aplicación de los test de percepción temática ha permitido a los investigadores estudiar la personalidad sin usar elementos culturales, para así evitar la circularidad de los primeros estudios sobre cultura y personalidad.

En el presente, hay en uso una variedad de rigurosos estudios experimentales y comparativos en todos los aspectos de los procesos psíquicos normales y anormales, tales como los estudios comparativos del desarrollo cognitivo y moral, desviaciones a raíz de salud mental, el efecto del cambio cultural en la formación de la personalidad, etc.

Ya no se creen en la vieja argumentación de que cada persona lleva en su psique una versión en miniatura de su cultura.  Hoy sabemos que la cultura ambiente, el contexto cultural, puede tener muchísima influencia sobre la personalidad común de un grupo humano.

Desde la década de los 60 en adelante la corriente de Cultura y Personalidad ha pasado a llamarse ANTROPOLOGÍA PSICOLÓGICA, variando su orientación y contenidos hacia estudios más psicológicamente orientados.

 

BIBLIOGRAFÍA

Victor Barnow , (1963) 1967,  CULTURA Y PERSONALIDAD, Troquel

Marvin Harris, ANTROPOLOGÍA CULTURAL, Cp. 14, “Personalidad y Sexo”, Alianza, Madrid.

Johnson; Young  y otros, 1967, NATURALEZA, CULTURA Y PERSONALIDAD, ...

Kardiner, FRONTERAS PSICOLÓGICAS DE LA PERSONALIDAD sd.

Robert A. Levine, CULTURA, CONDUCTA Y PERSONALIDAD, Akal,

Ralph Linton (1945) 1983, CULTURA Y PERSONALIDAD, F.C.E. Mex.

Para estudiantes de Psicología, además:

George DeVos, “Estudios de Antropología Psicológicamente Orientados en Comportamiento Cultural Comparativo” en Murray Leaf (ed.) FRONTIERS OF ANTHROPOLOGY, Van Nostrand New York 1974. Traducción de T. Austin.

Antropología y Psicología: una relación no solicitada Theodore Schwartz.

 



[1]. Para una introducción general, ver: "Cultura y Personalidad" de la ENCICLOPEDIA INTERNACIONAL DE CIENCIAS SOCIALES, McMillan-Aguilar; Págs. 52 a 55 de Adamson Hoebel, ANTROPOLOGÍA; J. Maestre-Alonso, INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA, Cap. IX "La cultura y el proceso de socialización, Págs. 163-202. Más Artículo de R.A. Lavine. También puede consultar en Horton y Hunt, SOCIOLOGÍA, pág. 88 - 108.

[2] ("Configuración": Lat. "figurare"= moda/  Modo de arreglo: por ejemplo, de equipamiento, conformación, delineamiento)

 [3]. Ver entrada RUTH BENEDICT de la ENCICLOPEDIA INTERNACIONAL DE CIENCIAS SOCIALES, McMillan-Aguilar

[4]. Traducido al castellano como EL HOMBRE Y LA CULTURA, Editorial Sudamericana, 1970.

[5] Vea un breve relato sobre los Zuni en Horton y Hunt, SOCIOLOGÍA: “Los serviciales Zuñi”, pág. 89.

[6]. Leer Victor Barnow, CULTURA Y PERSONALIDAD, Cap. III: "Paterns of Culture de Ruth Benedict", págs. 59 a 83.  (Ed. Troquel, Bs. As. 1967) y págs. 61 y 62 de  Adamson Hoebbel, citado.  También CULTURA Y PERSONALIDAD, artículo de la Enciclopedia Internacional MacMillan-Aguilar.

[7]. En este punto compare las diferentes costumbres de crianza relatadas por M. Harris: ANTROPOLOGÍA Cap. en Sexo y Personalidad.

[8]. Encontrará breves reseñas sobre Kardiner y su obra en: Robert A. Levine, CULTURA, CONDUCTA Y PERSONALIDAD, págs. 84 al 87; y en Marvin  Harris, citado.

[9]. Para una buena comprensión del trabajo de Kardiner, ver: Abram Kardiner, FRONTERAS PSICOLÓGICAS DE LA SOCIEDAD: Prologo de Ralph Linton, Los alorenses, Caps. 5, 6 y 8.

[10]. Sobre LA GENTE DE ALOR, ver V. Barnow (fotoc.) Cultura y Personalidad pgs. 5, 6 y 7/.   Adamson Hoebel (fotoc.) ANTROPOLOGÍA, el estudio del hombre, págs. 63 a 65/.   Victor Barnow (libro) CULTURA Y PERSONALIDAD, y A. Kardiner, FRONTERAS PSICOLÓGICAS DE LA PERSONALIDAD,

[11] Ver por ejemplo, los intentos de describir el carácter chileno, los que no logran superar un marcado acento psicologista con muy poco de antropología cultural.